Cuando la vida te presente razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones para reír.
Aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir hacia adelante. La vida, en realidad, es una calle de sentido único.
La vida consiste no en tener buenas cartas, sino en jugar bien las que uno tiene.
Vivimos bajo el mismo techo, pero ninguno tenemos el mismo horizonte.